10 marzo 2010

LOS TERREMOTOS DE HAITI Y CHILE: DONDE ESTA DIOS?



Destrucción de la casa del Ptor Salomón Zabulón Longane Haiti







Palquilemo 7 región de chile





En estos últimos días los terremotos en Haiti y Chile han sido motivo de las noticias internacionales y toda la cristiandad esta orando a Dios para que traiga la paz, el consuelo y la asistencia material a dichas regiones. Veo y escucho las noticias y no puedo menos que llorar y orar por la vida de los habitantes de esas naciones, una tan lejos y otra aquí nomas, cordillera por medio. En ambos lugares, tenemos hermanos, miembros del Cuerpo, de nuestra familia de fe. Pero no solo oigo noticias sobre las perdidas materiales y de cientos de vidas humanas, sino que también he escuchado decir a algunos creyentes, que los terremotos son castigo divino como consecuencia del pecado que tiene el pueblo, fundamentalmente para Haiti, por la realización de pactos de hechicería y religiones satánicas, tal como el vudú, (et. Vaudoux , ``hechicero negro'') los que han practicado desde tiempo inmemorables y que por tal circunstancia, Haiti esta destinado a desaparecer del mapa. Este equivocado criterio de “castigo divino” podría aplicarse también al terremoto acontecido recientemente en la hermana Republica de Chile, por algún supuesto pecado oculto de sus habitantes, a pesar que en dicha nación la mayoría es cristiana, aunque tal circunstancia, por si sola, no es una garantía. Ha sido y es muy común este tipo de razonamientos para explicar lo que el entendimiento humano no puede explicar. Creo que esa postura nos aleja del Dios de la Biblia. Reflexionemos.

Siempre ha habido terremotos en distintos lugares, ocurriendo el primero del que se tiene referencia en el ano 1177 a.d.C en China y no solo terremotos sino todo tipo de desastres naturales, mayores en daños que los de Haiti y Chile, los cuales han ido en aumento y a una gran velocidad, como visibles señales de la proximidad del fin.

En la historia de la humanidad, espiritualmente hablando, hay dos protagonistas: Dios y Satanás, el enemigo de Dios, el “…príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia” (Ef. 2:2). Creer que los terremotos son promovidos por Dios como respuesta divina por el comportamiento del hombre, es lisa y llanamente, caer en la trampa de Satanás o alinearse con el, quien desde antes del Edén lo ha presentado como un Dios airado, pretendiendo desmoralizar y destruir al hombre, por todos los medios posibles Pero nosotros luchamos por la Verdad sabiendo que vivimos en los últimos tiempos. Y estos últimos tiempos tienen señales, tal como dijo el Señor Jesús: “Oiréis de guerras y rumores de guerras, mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:6-8).

Nosotros como seguidores de Jesucristo sabemos que: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el Día del Señor vendrá como ladrón en la noche, en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios!” (2 Pedro 3:9-12).

En consecuencia, los terremotos y. o todo desastre natural o provocado por el hombre, no debe tomarse como un reproche o castigo divino por el pecado de la humanidad, sino como una señal especifica del final de los tiempos y Su inminente llegada, retrasada, es cierto, como la tardanza de un novio en llegar a su propia boda: “Y tardando el esposo, cabecearon todas y se durmieron” (Mt. 25:5).

Para concluir recordemos que: “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amen; si ven, Señor Jesús”

Ptor Capellán José María Abraham


MINISTERIO UNO EN EL SEÑOR

MINISTRY ONE IN THE
LORD

Pastores Jose Maria Abraham y
Rosa de Abraham

Shepherds Jose Maria Abraham and Rosa de Abraham


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